Tanto el exceso como la falta de cobertura pueden tener repercusiones negativas en la rentabilidad y competitividad de las empresas.
Por ejemplo, el uso de una cobertura excesiva (sobrecobertura) no te permite reajustar precios si ocurre un cambio favorable en la divisa y esto provoca una pérdida de competitividad.
Sin embargo, si existe una falta de cobertura (infracobertura) entras en un terreno de especulación que conlleva unos mayores riesgos y una dificultad para costear correctamente la divisa.
Para evitar estos errores aconsejamos:
1. Realizar un presupuesto de divisas (si se puede) en función de los objetivos empresariales.
2. Establecer unos niveles de cobertura adecuados en función de la filosofía de la empresa y la tolerancia al riesgo.
3. Dividir la exposición en partes más pequeñas (meses) e ir creando una cartera de coberturas para esas exposiciones. De esta forma iras cubriendo un movimiento desfavorable de la divisa y podrás aprovechar si el mercado es favorable para poder contratar a mejores niveles.
Ahora que estamos a final de año es momento de realizar una buena planificación y empezar a construir una correcta estrategia de coberturas.