En las últimas semanas hemos conocido el caso de una multinacional española que había demandado a varios de sus bancos habituales, y despedido hace un tiempo a su director financiero, por prácticas no autorizadas dentro de los mandatos o procedimientos internos en su área de divisas. No se trata de un caso usual, ni mucho menos, pero sí que pone en evidencia la falta de rigor y control interno con los procedimientos que llevan a cabo la mayor parte de las compañías (y esta factura casi 850 millones de euros) en el ámbito de las divisas.
Ver noticia:
https://www.elconfidencial.com/empresas/2021-06-14/garcia-carrion-pierde-75m-con-derivados-de-bnp-paribas-y-estudia-una-demanda_3130124/
Probablemente esta compañía tuviese muy bien definidas y protocolizadas sus normas de actuación en las áreas de producción, márketing y relaciones públicas desde luego, etc., pero no en lo relativo al área de divisas.
Nuestra propuesta para las medianas y grandes empresas (y también para las pymes que así lo quieran) es protocolizar un sistema normativo que abarque toda el área de divisas, de forma que la Propiedad/Dirección general de la empresa se sienta cómoda con los límites y ámbitos de actuación permitidos, y que los directores financieros responsables de la gestión del riesgo de divisas se sientan respaldados y tranquilos, al proceder dentro del ámbito de actuación que su empresa les permite.
Se trata de generar un contexto de comodidad para todas las partes implicadas, definido y delimitado previamente.
De este modo, además, surgen realmente procesos de innovación y optimización en el ámbito de las divisas, ya que los financieros se tornan proactivos porque se sienten respaldados para manejarse dentro de unos límites de trabajo y conducta. Se pierden los miedos a “y si pasa esto”, “y si no sale bien”, “y si esperaban otra cosa de mí”, etc.
Por otra parte, la propiedad-dirección general de la empresa, que no tiene porqué ser versada (ni falta que hace) en la gestión del riesgo de divisas, sabe que esta área está intentando optimizarse, mejorarse, que hay controles y procedimientos establecidos, y por lo tanto no se trata de un ámbito abandonado o arrinconado por su “exotismo” o lejanía respecto del Core del negocio.