En los últimos 12 años muchas medianas empresa se han instalado en EEUU y México ante la perspectiva de que la conquista de ese mercado debía hacerse desde dentro: siendo productor u operador local. En otros casos, se trataba de una cuestión logística y/o de costes el que fuese más eficiente producir o dar servicio estando allí implantado.
También en lo relativo a la construcción de proyectos se han realizado importantes inversiones, como ha sucedido por ejemplo en el caso de las renovables.
Sea cual fuere el motivo, las empresas han visto como sus inversiones en estos países sufrían los bandazos que cada 2 ó 3 años les propinaban los movimientos de las divisas.
Sin embargo, y a fuerza de costumbre, se habituaron a ver cómo el Dólar siempre se recuperaba e incluso superaba al Euro, por lo que esas filiales y esos activos no sólo no perdían valor, sino que lo incrementaban al cambio en Euros.
Quizás un año había que aplicar un fuerte deterioro por la devaluación del Dólar, pero como éste siempre terminaba por recuperarse e incluso superarse, ha calado una filosofía del “en algún momento volverá al mismo nivel”
El contexto actual, sin embargo, sugiere pensar si no habrá comenzado a revertirse la situación, y no será ahora el Euro quien consiga recuperar e incluso superar al Dólar, que con el paso de los años vaya quedando cada vez más deteriorado.
Es preciso tener muy en cuenta la tendencia de largo plazo del EurUsd a la hora de realizar inversiones en países dolarizados, ya que hay que recordar que el tipo de cambio pasó desde los 0,8700 del año 2002 hasta los 1,5500 del año 2008; y después desde los 1,5500 del año 2008 hasta los 1,0500 del año 2015.
Se trata, en ambos casos, de fuertes modificaciones de los tipos de cambio que afectan no sólo al valor patrimonial de las filiales, y a la necesidad de reflejar contablemente estos deterioros, sino también a la repatriación de los flujos monetarios que estas trasvasen a las empresas matrices españolas.
Aunque en plazos temporales tan amplios (varios años) no es sencillo gestionar estos riesgos, parece conveniente “no dejar al azar” de qué forma y en qué cuantía esto pudiera convertir filiales y activos rentables en sus operaciones en malas inversiones en cuanto a su retorno real en Euros.